lunes, 30 de mayo de 2011
ORACION
Tu emblema fue siempre padecer y ser despreciado.
¡Oh, si pudiese yo al menos resignarme en mis tribulaciones,
ya que no soy tan generoso como tu en el padecer y ser despreciado!
A ti, pues, que en tantos sufrimientos fuiste siempre paciente,
resignado y gozoso, a ti me encomiendo para que me enseñes
a resignarme en mis muchas penas.
Tampoco me faltan fuertes pesares y pesadas cruces,
y muy a menudo cansado y desalentado me quedo..., me abato..., y caigo.
Ten compasión de mí, y ayúdame a llevar con resignación y gozo mis cruces,
con la mirada siempre vuelta al cielo.
Te tomo por protector mío, por mi maestro y mi guía aquí en la tierra,
para ser tu compañero en la patria del Paraíso.
Amén!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario