jueves, 22 de septiembre de 2011


Su vida se explica también por su nombre religioso: JUAN DE LA CRUZ. Deja el nombre de familia al entrar al Carmelo (YEPES) y se hace religioso a los 21 años (DE SANTO MATIAS). Inicia la vida reformada escogiendo LA CRUZ, como lugar de origen, título de nobleza, herencia familiar. Y tiene razón, pues para él es la patria y el clima: nació en "la cruz", vivió y murió en ella. La busca y la lleva con orgullo, con título de gloria, no de abatimiento para mendigar compasión.

martes, 20 de septiembre de 2011


"Exhortándome a mí y a los que trataba, que fuésemos muy aficionados a Cristo muy a solas y sin consuelo en la tierra. Y así me decía muchas veces; "Hija, no quiera otra cosa sino Cruz a secas, que es linda cosa".

(S. Juan de la Cruz. Itinerario Biográfico. Emilio Miranda)

sábado, 17 de septiembre de 2011


"Llama poderosamente la atención el hecho de que san Juan pudiera compaginar su ajetreada vida con el recogimiento espiritual que requerían sus experiencias místicas. En medio de constantes idas y venidas, fundaciones y tareas encomendadas por su orden, logró alcanzar el sosiego necesario para acceder a las más altas cimas de la unión con Dios."

miércoles, 14 de septiembre de 2011


"Alcanzar a Dios es la orden suprema del alma. Todos los escritos de San Juan de la Cruz están permeados por esta obligación. La mera aproximación es rechazada como algo débil y sin mérito. San Juan nos habla de una rendición total del alma a Dios.

Sus cuatro grandes obras (Subida al monte Carmelo, Noche oscura del alma, Cántico espiritual y Llama de amor viva) son etapas de la búsqueda del alma hacia Dios, despojándose de todo deseo terreno, a fin de alcanzar el estado de la unión con Dios, casándose con él y adquiriendo la más sublime identificación con él".

lunes, 12 de septiembre de 2011


La doctrina de San Juan se resume en el amor del sufrimiento y el completo abandono del alma en Dios. Ello le hizo muy duro consigo mismo; en cambio, con los otros era bueno, amable y condescendiente. Por otra parte, el santo no ignoraba ni temía las cosas materiales, puesto que dijo: "Las cosas naturales son siempre hermosas; son como las migajas de la mesa del Señor."

viernes, 9 de septiembre de 2011

SU CELDA


"Fray Juan de la Cruz ha escogido una celda pobre, tan reducida, que apenas cabe en ella. Está junto al coro. Tiene por adorno una cruz de palo y una estampa. Su ajuar es una pequeña tarima por cama y una tabla sujeta a la pared, con un gozne, para plegarla, que le sirva de mesa. No tiene librería. Sólo un ejemplar de la Santa Biblia, porque cuando necesita un libro lo toma de la Biblioteca y una vez hecho uso, lo vuelve de nuevo".
(Testimonios contemporáneos)

martes, 6 de septiembre de 2011


"Era muy recto, en lo que toca a la observancia regular, no disimulando defectos, pero reprendiendo con entrañas paternales y con una severidad eficaz, envuelta con mucha blandura y amor"

(de Pablo de Santa María)

lunes, 5 de septiembre de 2011


Los versos de Juan de la Cruz son un prodigio de palabra y sonoridad, de lírica y pasión, algo que hizo pensar a un alma cándida si no tendrían origen divino, como un decir de ángeles. Él la sacó de dudas y le dijo que algunas palabras se le ocurrían a él, otras se las ponía Dios en la memoria y en el corazón. Su prosa es limpia, admirable, y corre siempre tranquila sobre el papel, sin esquinas ni tropiezos, como trabajada a cincel.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Florecillas ...


A fray Juan, le acontecen florecillas que se le caen de las manos. En cierta ocasión, una monja está grave. Las religiosas le aplican cuantos remedios pueden, pero sin resultado. La trasladan a otra habitación más cómoda y en el camino se les queda sin sentido. Alguien le dice a fray Juan que "buena cuenta ha dado de su hija, pues se le ha muerto sin confesar ni sacramentos". Fray Juan no responde, baja al coro y queda en oración. Al rato llegan alborozadas algunas monjas, diciéndole que la hermana ha vuelto en sí. La confiesa, le administra los sacramentos y la dispone a bien morir. Luego, se dirige a la monja que le dijo lo del poco cuidado y le dice: "¿Esta contenta?".